La correcta limpieza del espacio de trabajo nos ayuda a dar buena imagen a los clientes que nos visiten, proporciona un espacio puro en el que desarrollar la actividad laboral y además, hace bonito.
Esto requiere tiempo y profesionalidad, ya que en cada oficina hay más de 50 superficies diferentes y cada una necesita una forma particular de tratarlas y mantenerlas.
A continuación, te dejamos algunas de las claves necesarias para limpiar el mobiliario y tener un ambiente de trabajo más que impecable.
Limpieza del mobiliario en general: Ordenadores, mesas, armarios, estanterías, ordenadores, plantas… la oficina tiene cientos de puntos que retienen el polvo del aire. Es importante eliminar el polvo de cada rincón, ya que este es perjudicial para la salud de los trabajadores y da una imagen de la empresa que no queremos dar.
- Tapizados: Las sillas, sofas y todo aquello que sea tapizado en general retiene más polvo y suciedad del que creemos. ¿No te lo crees? Prueba a darle una palmada abierta a la silla sobre la que trabajas y mira la cantidad de polvo que expulsa. La correcta limpieza de este tipo de superficies se realiza con un aspirador de mano que absorba toda la suciedad depositada.
- Superficies conglomeradas (mesas, estanterías, armarios…): Las resinas con las que se recubren este tipo de muebles facilita su limpieza, ya que al no ser una superficie porosa se puede limpiar con un paño ligeramente húmedo y un producto que cuide la superficie.
- Equipo electrónico: Teléfonos, equipos informáticos, impresoras y demás material, no debe limpiarse nunca con agua o productos abrasivos que desgasten el material. Hay que poner especial interés sobre las pantallas, las cuales retienen mucha suciedad. Existen productos específicos para limpiar las pantallas sin que estas se rompan o estropeen.